Agrointeligencia: Cultivando el futuro

Agroindustria: La base del desarrollo

Se conoce como agroindustria a la actividad económica que incluye la producción, industrialización, comercialización y suministros de productos agropecuarios y forestales, además de otros recursos naturales. Normalmente, este sector económico se divide en dos ramas o subsectores: agroindustria alimentaria y agroindustria no alimentaria; la primera se encarga de todos los procesos de transformación de productos de agricultura, ganadería, pesca y riqueza forestal en productos para el consumo alimenticio, mientras la segunda aprovecha los productos que pueden servir como materias primas para su uso en otros productos industriales y en otros mercados e industrias.

A lo largo de su historia, la agroindustria mexicana ha ido evolucionando y posicionándose como la base del desarrollo nacional, proveyendo una buena parte de los bienes e insumos que se consumen diariamente en el mercado local y en el mercado de exportación. En la actualidad, México es un país productor y exportador de productos como chocolate, cerveza, lácteos, cárnicos, tequila, vegetales, frutas y hortalizas diversos, entre otros.

El sector agrícola mexicano cerró el año 2022 con una producción de alrededor de 300 millones de toneladas, que representan un crecimiento del 1% comparándolo con el año anterior; en términos de valor, la producción durante 2022 equivalió a 1.4 billones de pesos, significando un incremento de 7.2% respecto a 2021. En ese sentido, la Secretaría de Desarrollo Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) espera que durante 2023, el crecimiento del sector sea de alrededor de 1.2%, produciendo 301.3 millones de toneladas.

Hacia la agroindustria 4.0

A través del tiempo, los avances tecnológicos han permitido que diversos sectores económicos evolucionen y se vuelvan más productivos; en la actualidad, la economía mundial vive la llamada cuarta revolución industrial, también conocida como industria 4.0. Esta nueva manera de pensar las industrias y de gestionar los negocios se caracteriza por la interconexión entre dispositivos y herramientas de trabajo, así como por el análisis en tiempo real de datos que permiten automatizar procesos y tomar decisiones con información de primera mano en tiempo real.

“La cuarta revolución industrial está sucediendo en este momento; empresas y organizaciones de todos los sectores han comenzado a darse cuenta de las posibilidades que la conectividad y las nuevas tecnologías ofrecen a sus negocios, sobre todo en industrias donde el tema de la conectividad es un factor clave por la localización de las ubicaciones y la disponibilidad de redes tradicionales”, mencionó Carlos Perea, Vicepresidente para América Latina en Cradlepoint, empresa líder en desarrollo y despliegue de soluciones de conectividad. “En el sector agroindustrial, la capacidad de conectar diversos vehículos de trabajo, poder vigilar los cultivos de manera ininterrumpida, además de contar con un mayor control de las variables de producción, permite tener más y mejores cultivos, y ganado en mejores condiciones”, concluyó Perea.

De hecho, el uso de nuevas tecnologías para aprovechar de mejor manera los recursos para potenciar la agroindustria también ha acuñado un nuevo término: la agrointeligencia. Este nuevo concepto se refiere a los procesos automatizados dentro de la agroindustria que conllevan una toma de decisiones basada en datos, para ajustar los diversos índices que derivan en un buen o mal cultivo o producto.

Agrointeligencia: Ganado y cultivos del futuro

La agrointeligencia busca, en esencia, la optimización de la producción y comercialización de los bienes del sector, y hoy en día sería imposible pensar en ello sin las herramientas tecnológicas adecuadas. Con una conectividad óptima ya sea vía 5G, 4G o WWAN, y a través del uso de dispositivos IoT conectados entre sí, las organizaciones y empresas agroindustriales pueden recopilar una gran cantidad de datos que les permite monitorear las condiciones de las materias primas y solucionar eventualidades a kilómetros de distancia; soluciones como NetCloud, de Cradlepoint, dan la posibilidad de monitorear desde la salud de los animales ganaderos, la temperatura y humedad que necesita una planta en específico, hasta tener la localización 24/7 de los productos, entre otros beneficios:

• Control de las variables de producción: La información es poder y gracias a la recolección y transmisión de datos en tiempo real, las empresas y organizaciones de la agroindustria pueden tomar decisiones estratégicas y tácticas. La información recabada se almacena en una nube donde puede ser consultada desde cualquier parte en todo momento y ésta puede ir desde el nivel de temperatura del producto, las condiciones de las cosechas, la disponibilidad de inventario o la salud de los animales que poseen un chip que monitorea su estado en todo momento.
• Facilitación de los procesos operativos: Con una conectividad confiable y dispositivos IoT en maquinaria y herramientas de cosecha y ganado, los procesos operativos se simplifican y permiten que la producción sea más eficaz, minimizan los riesgos de accidentes y permiten una vigilancia remota 24/7 que permite a los trabajadores tomar acciones rápidas con soluciones remotas ante una posible eventualidad.
• Cumplimiento de normas y regulaciones ambientales: Transformar los tiempos de producción para hacerlos más eficaces también ayuda al planeta, utilizando solo los recursos necesarios para la misma, además al poder resolver eventualidades vía remota, los traslados de los trabajadores no son necesarios, evitando así más emisiones de carbono.

La transición hacia la industria 4.0 puede observarse en diversos sectores económicos del país, y el sector agroindustrial no debe apartarse de la evolución; las empresas y organizaciones agroindustriales se encuentran frente a la posibilidad de cambiar y mejorar radicalmente sus procesos productivos a través de la conectividad. Contar con una conexión confiable, segura y rápida, otorga un mayor control tanto sobre dichos procesos, como sobre las materias primas y productos comercializables, permitiendo, a su vez, una gestión y análisis más ágil de los datos, para tomar mejores decisiones estratégicas. Dicho de otra manera, la agrointeligencia es una tendencia que transformará al sector agrícola mexicano y tener la mejor tecnología en materia de conectividad, asegura a las empresas y organizaciones contar con las herramientas adecuadas para aprovecharla de manera exitosa.