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¿Por qué la nueva «criptogeneración» de América Latina puede resultar más familiar de lo que se espera?

La pandemia ha dado lugar a una nueva generación de latinoamericanos cuyas expectativas de la criptoeconomía son más altas que nunca

Hace tiempo que es obvio, casi un cliché, decir que el mundo de las criptomonedas es imprevisible. ¿Quién habría pensado, hace unos años, que los gobiernos aceptarían las criptodivisas como moneda de curso legal, o que los empleados exigirían que sus salarios se pagaran en criptodivisas como escudo contra la inflación y la volatilidad monetaria? La decisión tomada la semana pasada por el Senado brasileño de reconocer las criptomonedas como una forma legítima de intercambio legal forma parte de una tendencia más amplia: el llamado «pensamiento criptográfico» puede encontrarse ahora en casi todos los ámbitos de la vida en la región.

Con esto, no me refiero sólo a los que utilizan las criptotransacciones. Me refiero a la generación de latinoamericanos cuyas actitudes y estilo de vida podían parecer poco ortodoxos hace una década, pero que hoy son todo lo contrario.

En primer lugar, se caracterizan por un enfoque claramente flexible de la vida y el trabajo; la idea de un trabajo regular y un sueldo fijo es mucho menos atractiva que la libertad de múltiples y variados flujos de ingresos de la economía gig. Actualmente, el 21% de los latinoamericanos se describen a sí mismos como freelancers; de ellos, el 50% tiene menos de 30 años; el 70% encuentra proyectos a través de mercados en línea, y casi el 54% utiliza Facebook para encontrar trabajo.

Sin duda, esta tendencia al trabajo flexible se extendió aún más con la pandemia y las restricciones posteriores. Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), 23 millones de latinoamericanos y caribeños trabajaron desde casa durante la pandemia, lo que supone entre el 20% y el 30% de todos los trabajadores registrados, frente a sólo el 3% antes de la pandemia. 

El trabajo flexible y de freelance se han convertido en la corriente principal en América Latina, y es probable que esta tendencia continúe. Ya que, según una investigación del proveedor de empleo ADP: en Brasil, Chile y Argentina, el 70% de los empleados desearía tener más flexibilidad a la hora de trabajar.

La segunda tendencia es el grado en que la web ha formado parte de las rutinas diarias de los latinoamericanos, ya sea para el trabajo, el ocio, las compras o las relaciones humanas, prácticamente todas las actividades se complementan con el uso de la web o las redes sociales.  Según la investigación, el 56% de los empleados latinoamericanos cree que el uso de los medios sociales ayuda en última instancia a su rendimiento laboral, mientras que el 64% admite que las redes sociales influyen en sus decisiones de compra.

La tercera tendencia es la actitud de estas generaciones para compartir y, en particular, la economía compartida. Según un estudio de PWC, los latinoamericanos están más dispuestos a compartir bienes con otros que sus contrapartes occidentales (un 70% frente a un 54% en Europa y un 53% en Norteamérica).  Y el principio es igualmente aplicable a las ideas y conceptos como a los bienes y servicios.  Según la misma investigación, el 30% de los encuestados de la región están dispuestos a «compartir sus conocimientos y experiencias con fines lucrativos»; esto se compara con una media mundial de sólo el 26%. 

Estas tendencias se han combinado para representar un nuevo nivel de independencia, colaboración y autosuficiencia en toda la región; las criptomonedas representan una extensión lógica.  La «criptogeneración» actual no tiene por qué ser especialmente experta en tecnología ni estar motivada políticamente; considera las criptomonedas como un refugio seguro, una alternativa flexible al dinero fiduciario y una inversión cada vez más sólida para el futuro. En muchos casos, el comercio de criptomonedas representa una fuente de ingresos complementaria para ellos.

De nuevo, la pandemia sólo sirvió para exacerbar esta tendencia. El uso de las herramientas de aprendizaje electrónico se disparó en más de un 60% durante este periodo, impulsado por la búsqueda capacitaciones y de ingresos alternativos; en muchos casos, desde casa.

Hoy, el impacto de la criptogeneración de América Latina es enorme. Por ejemplo, Argentina, es ahora el país con la mayor proporción de empleados que cobran en criptomonedas. Los trabajadores tienen ahora el derecho legal de recibir hasta el 20% de su salario en criptodivisas como parte de un plan gubernamental para minimizar los efectos de la volatilidad de la moneda y la inflación que, en ocasiones, ha alcanzado hasta el 50%. Como resultado directo de estas medidas, las empresas que pagan salarios en moneda digital se han disparado un 340% en los últimos 12 meses.

También, se estima que el  52% de los países latinoamericanos ofrecen ahora la posibilidad de pagar los salarios, al menos en parte, en cripto. Y desde noviembre de 2020 ha habido un aumento del 10% mensualmente en las personas que quieren recibir su sueldo en cripto, siendo Argentina y Brasil los que tienen los mayores retiros de salarios en cripto. Esta tendencia también está creciendo significativamente en Chile, otra potencia económica regional.

Una nueva investigación de Mastercard sugiere incluso que el 83% de los consumidores latinoamericanos están ahora dispuestos a utilizar al menos un método de pago emergente, como la criptomoneda, biometría, tecnología sin contacto o los códigos QR.

¡Estamos muy lejos de lo ilícito o lo turbio!

La llegada de la «criptogeneración» a América Latina tiene enormes implicaciones para el sector financiero. A medida que este tipo de transacciones se generalicen, las expectativas en términos de servicio al cliente, transparencia y cumplimiento aumentarán drásticamente.

Desde el trabajo flexible hasta la vida en línea, a medida que estas experiencias se han convertido en la norma (en lugar de la excepción), y los «pioneros» han sido sustituidos por los «consumidores», también lo han sido sus expectativas. La generación criptográfica ya espera un nivel de servicio equivalente al de su banco de la calle… o debería ser, banco online.

Esto representa un enorme reto para el sector, pero también una oportunidad. Las marcas de criptomonedas que puedan satisfacer las expectativas de la nueva «critpogeneración» de América Latina estarán mejor posicionadas en el futuro. 

Por Juan Frers

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar. Contacto [email protected]

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