Cuatro tips para trabajar la inteligencia emocional con tus hijos en este regreso a clases digital

El cambio es un factor constante en la sociedad en la que nos desarrollamos; las vidas de las personas están interconectadas y la historia nos demuestra que el mundo puede ser volátil, incierto, cambiante y ágil, afectando rápidamente nuestro entorno y generando transformaciones profundas en cómo trabajamos, estudiamos y nos relacionamos con los demás.

Ha pasado una semana desde que los niños regresaron a clases, y esta vez sin la ansiedad que genera el tráfico a las 7 de la mañana o cumplir con una lista extensa de útiles. Ahora, la incertidumbre la generó saber cuál es el canal que transmite las clases para cada grado, no haber descargado la plataforma por la cual se toma la clase o, sencillamente, que Zoom colapsó  precisamente ese día.

Para hacer frente a estas situaciones de incertidumbre, Nia Ayanz, consultora en aspectos emocionales y profesora del curso Inteligencia Emocional para Líderes de la comunidad de aprendizaje en línea Crehana, recomienda a los papás gestionar sus emociones y no intentar controlarlas; asimismo, explica de forma sencilla la utilidad de hacerlo durante este regreso a clases digital.

1. Confía en las habilidades humanas: La gente suele confiar en lo que puede ver y medir, pero habilidades como la imaginación, creatividad, innovación y el trabajo en equipo con tu hij@ serán las que verdaderamente harán un cambio y generarán progreso y evolución. Las emociones son fuente de información e influyen en decisiones.
2. Gestionar las emociones lleva al triunfo: Quienes aprendan a gestionar emociones serán quienes se adaptarán con facilidad a la situación. Sin cambio emocional, no se pueden variar paradigmas ni conductas y es importante pensar que las emociones mueven a las personas y las personas son quienes mueven los resultados.
3. Usar las emociones a nuestro favor: Si no se perciben las emociones propias será imposible percibir las de tus pequeños. Además, se pueden usar las emociones a nuestro favor, incluso las negativas, por ejemplo: la tristeza lleva a las personas a encontrar lo malo en todo y eso podría ayudar mucho cuando se trata de hacer cuentas; en cambio, la felicidad puede ser muy útil cuando se tiene que hacer una presentación.

No controles, siente: Controlar las emociones equivale a bloquearlas y eso solo las potencia y las prepara para estallar a la primera oportunidad. Es mejor gestionarlas, sentirlas y hablar de ellas para así obtener información propia y poder transitar por la incertidumbre sin desesperarse.

Es importante tener conciencia de que no existen manuales para manejar las emociones ante la incertidumbre, pero compartir cómo nos sentimos y preguntar a tus niñ@s cómo se sienten con el fin de empatizar, es fundamental para continuar. Si uno mismo no puede ponerse en los zapatos del otro, menos será capaz de registrar las emociones propias o diferenciar entre el enojo, la culpa, la frustración o la vergüenza.

Ahora más que nunca es importante ser flexibles y para lograrlo se debe tener confianza en uno mismo, sentimiento que a la vez ayuda a generar estrategias que sirven para enfrentar situaciones que no se tenían planeadas. Se debe comprender que los planes ya no son lineales, sino zig zags con los que se debe aprender a jugar y actuar de forma espontánea y fluida para no estancarse y seguir creciendo en conjunto.