La historia del Best Seller; celebrando el mes del libro
El 23 de abril, es conocido como el día internacional del libro, celebrando a autores, lectores y casas editoriales. Es un mes importante, porque se reconoce un arte que ha existido desde el primer siglo de esta era, comenzando con ejemplares como: «El Sutra de diamante», «El misal de Constanza» y «La Biblia».
Los libros han sido un medio de conocimiento y entretenimiento que ha logrado cautivar al público gracias al “novedoso” formato que tienen, el cual, nació al momento de poder imprimir y empastar cientos de hojas en masa, que posteriormente, serían distribuidas a un número relativamente amplio de personas. La imprenta de Gutenberg agrandó este fenómeno poniendo a disposición de todo el mundo, libros que antes eran exclusivos para esferas sociales altas o religiosas.
El libro comenzó a tomar mucha importancia después de que su contenido se hizo en potencia masivo, penetrando la vida de las personas, transformando la forma en que apreciaban la política, la ciencia, la religión, el amor y la historia, lo que dio paso a que los libros se transformaran en un medio que consumían muchas personas, convirtiéndose en un negocio bastante rentable.
Aunque la historia ubica en 1895 la primera lista de libros más vendidos, el término “Best Seller” se popularizó gracias a que el periódico New York Times comenzó a publicar un ranking de los libros de ficción y no ficción más vendidos en el año de 1931.
En el año 1942 se creó un suplemento llamado The New York Times Best Seller List, el cual lanza semanalmente un listado de publicaciones con amplio consumo en el público. A partir de este momento, las listas de Best Sellers comienzan a popularizarse dentro de los medios masivos de comunicación.
Los requisitos para entrar en la lista
Los Best Sellers son aquellas obras que han tenido una gran aceptación en el público, por lo tanto, son altamente reproducidas y consumidas para que más gente tenga acceso a ellas.
Su traducción al castellano es “los más vendidos”, por lo que, el hecho de que un libro entre en la lista, tiene que ver con las ventas, y no la calidad del mismo. Este parámetro ha sido ampliamente criticado por el mundo literario, argumentando que todo está basado en una estrategia de mercadotecnia y no en promover la buena literatura.
Para Demetrio Estébanez, autor de «Diccionario de términos literarios», un Best Seller implica: “libro que, en determinado periodo de tiempo, había conseguido una mayor venta y difusión nacional o internacional.”
Para obtener los datos, los periodistas se basan en informes de ventas semanales, ya sea de librerías, supermercados o tiendas en línea. Toman en cuenta las ventas individuales y no se incluyen obras clásicas (por lo difícil de tener un conteo exacto), religiosas, comics o libros de texto.
El conteo puede empezar en entre diez y veinte millones de ejemplares hasta cien millones. Cada medio tendrá su propio criterio editorial para determinar lo que es un Best Seller.
Aunque es un buen método para recoger información de facturación e impresión, las listas de “los más vendidos” han sido fuertemente juzgadas y se cree que no es un método fidedigno para acomodar la literatura. Aún con las numerosas opiniones encontradas, los autores modernos que llegan a listas internacionales tienen un gran impulso para su carrera.
Fuentes:
Linio, The New York Times.