Temas interesantes

¿Es la Agilidad para mí?

De la moda, lo que te acomoda

Durante mi camino como consultor de tecnología para empresas mexicanas, he podido forjar una trayectoria en la industria, conociendo diferentes metodologías, normas, o marcos de trabajo, todos con un mismo fin; hacer de las empresas que apuestan por estos esquemas, líderes en su ramo, brindando a sus clientes productos y/o servicios de su preferencia. Escenarios en donde se ha tenido la oportunidad de evolucionar, junto con las operaciones del ámbito, mediante modelos de calidad como ISO 9000; estandarización operativa, como ITIL; mejoras de desarrollo de software, con CMMI. Ya sea para aumentar tu nivel de expertise en el tema, o bien, para ser capaz de adoptar una nueva forma de trabajo, estos modelos se han incorporado, paulatinamente, en las organizaciones durante las últimas décadas.

¿Cuáles han sido los resultados de estos esfuerzos? me atrevo a decir que, en una escala aún baja, hemos podido percibir resultados positivos de adopción. Por otro lado, existen empresas que, durante el proceso, desertaron la adquisición de estas metodologías, dado a un alza en los costos, incapaces de ser solventados; asimismo, la retención del Talento y la búsqueda de una renovación de certificación (estándar), que no refleja resultados, a corto plazo, han sido elementos determinantes para corporativos que renuncian a la alternativa.

Ahora, como parte de esta variedad de metodologías emergentes, nos encontramos con la Agilidad en nuestra ruta de operación. Dado a su popularidad, a nivel global, las operaciones ágiles se encuentran “en boga”, todos hablamos de ellas. Es cierto es que no es difícil entenderla pues es un “refrito” de teorías, prácticas, experiencias vividas y, hasta me atrevo a decir, de sentido común, llevadas a un contexto de experimentación en un periodo de tiempo acotado y constante para aprender de ello y responder de manera inmediata (ágil).

Cuando nos adentramos al tema, nos encontramos con un sinfín de maneras con las que podríamos trabajar bajo un esquema de Agilidad. Es aquí donde debemos detenernos a reflexionar qué es lo que realmente “nos acomoda”; no debemos dejarnos llevar por la idea de que adoptar una práctica o técnica Ágil, va a resolverlo todo.

Los startups nos han enseñado y demostrado que hacer las cosas de una forma diferente logra resultados maravillosos, no obstante, estos casos también deben de ser replicados con precaución, pues el entorno, escala, condiciones y otros factores podrán hacer una gran diferencia. La realidad es que en una empresa que tiene procesos muy jerárquicos, establecidos desde hace tiempo y con equipos acostumbrados a la monotonía, la posibilidad de adopción se torna mínima. Otro grave error por lo cual las compañías consideran apostar por prácticas ágiles, reside en que su competencia se declara: “Ágil”, posicionándose varios pasos delante de las que aún no lo hacen.

Mi experiencia como Coach en Agilidad me ha enseñado a no subestimar a ésta, dado a que en su simplicidad se debe de tener en cuenta lo siguiente:

· Disfrazar la complejidad de poder idear soluciones en poco tiempo. Estas soluciones deben ser como piezas de “Lego”, es decir que puedan ser incorporadas fácilmente.

· El reto de aprender a diseñar un negocio con resultados paso a paso.

· Entender que brindar a nuestros clientes beneficios poco a poco es la forma de tener un producto o servicio más exitoso vs esperar y perdernos en idealizar en tener un “todo perfecto”.

· Estrategia corporativa y la paciencia que ésta amerita para ser diseñada.

· La complejidad de cambiar una cultura de trabajo.

· La parte técnica, quienes desarrollan el producto y/o servicio, deberá de estar en sintonía con el negocio. Sumarlo desde el principio ayuda también a idear, innovar, aportar y exigir creatividad.

· Medir el desempeño de las personas por el valor que se entrega al cliente.

· Romper paradigmas para soluciones viables. Todo esto requiere orden, planeación y participación, traducido en el compromiso de entregar a tiempo.

Así como en la moda, si no estamos dispuestos a comprar una nueva prenda; aceptar que podemos apostar por un estilo nunca antes usado. Si no estamos dispuestos a invertir fuertemente en un cambio cultural (organizacional), aceptar en pensar diferente para resolver problemas, a tener la apertura para aprender a trabajar de manera distinta. Si no estamos dispuestos a colaborar ante esta moda de “Agilidad”, la tendencia terminará en el olvido.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar. Contacto [email protected]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.