El sector de Tecnologías de la Información (TI) se encuentra en constante crecimiento y reporta un mayor dinamismo en la generación de empleos para 2023. Sin embargo, sólo 2 de cada 10 personas que laboran en este sector son mujeres, lo que representa una clara brecha de género en el empleo.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al segundo trimestre de 2022, en México había 1,556,105 personas formadas en ciencias de la computación y Tecnologías de información y la comunicación, de las cuales el 76% desarrollaron una actividad económica, lo que representa solo el 2% de la población económicamente activa.
Además, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, hay 701,232 profesionistas ocupados de la carrera de Ciencias de la computación, de los cuales el 69.9% son hombres y el 30.1% mujeres; mientras que de la carrera Tecnología de la Información y la comunicación, los ocupados son 47,015, el 84.1% hombres y sólo el 15.9% mujeres.
La brecha de género en el sector TI es un fenómeno que se observa desde la academia, donde en las licenciaturas correspondientes al campo de estudio de Tecnologías de la información y la comunicación, en México, la matrícula está conformada por el 76.3% de hombres y sólo el 23.7% de mujeres, reporta ANUIES.
De acuerdo con Carlos Bueso, director de Experis México, Caribe y Centroamérica, incentivar la presencia de mujeres profesionales en el sector tecnológico es una alternativa para cubrir la demanda de trabajadores especializados en tecnología, incrementar las oportunidades de empleabilidad y equilibrar la tendencia de la limitada presencia del talento femenino.
En el caso de México, el 68% de las empresas reportan dificultad para encontrar talento tecnológico, de acuerdo con cifras del informe Escasez de Talento 2022, publicado por ManpowerGroup. Para afrontar la brecha de género en el sector, es necesario abordar las barreras educativas, socioculturales y profesionales.
Desde Experis, se propone abordar la formación de manera integral, tanto universitaria como profesional, para impulsar el uso de recursos adicionales que permitan preparar a las profesionales y dotarlas, en menos tiempo, de las habilidades específicas que el mercado demanda.
“Es necesario contar e impulsar políticas de diversidad de género, que generen un ecosistema de talento e innovación, en beneficio de los colaboradores y por tanto de las organizaciones”, comentó Carlos Bueso.
Las empresas pueden atraer al talento femenino activando acciones, como revisar los procesos de selección, impulsar una cultura real de diversidad y equidad, contar con programas de capacitación, así como crear una política de remuneración y promociones sin sesgos.
