Servicios Financieros

Cuatro hábitos que no te dejan ahorrar dinero

Nu México*, compañía de tecnología que ofrece servicios financieros simples, transparentes y humanos, hizo un análisis sobre finanzas personales de los mexicanos y en él encontró que existen cuatro principales hábitos que no permiten a las personas ahorrar dinero, y que básicamente son fugas de dinero ‘imperceptibles’ por no llevar un control de cuánto se gana y cuánto se gasta al mes.

De acuerdo con el análisis realizado, considerar un presupuesto mensual como parte de una rutina puede ser un primer gran paso para tener visibilidad sobre nuestras finanzas personales. Asimismo, tomar algunas ‘precauciones’ inmediatas para eliminar hábitos que impiden el ahorro dentro de la rutina diaria, es una acción que mejorará la salud de nuestra cartera de forma casi instantánea.

“Estas fugas de dinero podrían no estar en tu radar, pero si las detectas oportunamente en tus hábitos de consumo, pueden ser la diferencia entre una cuenta en números rojos y un confortable guardadito”, explica Iván Canales, director Senior de Producto de Nu México.

Dichas fugas son las siguientes:

1. Gastar por impulso

La última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares Mexicanos del INEGI, identificó que los mexicanos que optan por ahorrar, destinan alrededor de un 8% del total de sus ingresos para ello. Esto contra un 11% que se destina a la compra de bebidas de diseño, gadgets, moda y tabaco. Muchas de esas compras se podrían definir como “no esenciales”, por lo tanto, rara vez estarán planificadas dentro de un presupuesto.

Esto puede ser un problema cuando, además de ser compras por impulso, se hacen a plazos, pues al sumar todas las mensualidades por pagar siempre terminan descontrolando el presupuesto mensual -si no fueron planeadas-. Lo anterior lo puede confirmar cualquier fanático de los cafés de franquicia, que puede llegar a gastar hasta 21,000 pesos al año comprando el mismo latte cinco veces por semana.

Cómo cambiar este hábito:

●      Evalúa la necesidad de gastar. Un buen consejo es tener el hábito de investigar siempre los precios y las opciones antes de finalizar una compra, lo que, como mínimo, te da más tiempo para pensar.

●      Verifica el límite de tu tarjeta y el saldo de tu cuenta antes de realizar una compra no planificada. Recuerda que tu línea de crédito no es una reserva adicional a tu sueldo.

2. No planificar tus “compras a meses”

Utiliza tu crédito sabiamente. La tarjeta de crédito y los diversos métodos de pago que ofrece, son herramientas que hay que usar estratégicamente. Por ejemplo, elegir el máximo de meses para poner todas tus compras a Meses Sin Intereses. Esto no es necesariamente un error, siempre que esa elección sea congruente con tu línea de crédito y tu capacidad de pago. Es necesario considerar que las mensualidades comprometen tu límite crédito y en esa situación, estarías restringiendo compras futuras que pudieran resultar de primera necesidad.

Ahora bien, hay opciones que permiten adelantar pagos de los MSI y que además de liberar antes de lo estimado tu línea de crédito, te dan un descuento en el valor final a pagar, por lo que reducirás el total de tu deuda haciendo la compra más ligera.

Cómo cambiar este hábito:

●      Verifica tu límite de crédito y considera tener una parte desbloqueada siempre. Haz un listado de las mensualidades ya comprometidas y decide el número de parcialidades de tu próxima compra a MSI.

●      Si tienes la opción, adelanta el pago de MSI en tu estado de cuenta.

3. Pagar siempre el mínimo de la tarjeta

Pagar el saldo mínimo del estado de cuenta, de tu tarjeta de crédito, significa transferir el resto de la deuda al futuro y pagarla con intereses. Indiscutiblemente esto tiene el potencial para convertirse rápidamente en una bola de nieve. La opción de pagar el mínimo solo debe considerarse si realmente tienes problemas para pagar el saldo completo. Pero en tales casos, el mínimo es mejor que simplemente retrasar el pago completo.


A veces, las eventualidades suceden, y nuestra economía puede sufrir un desbalance y nuestros planes se pueden ver afectados, sin previo aviso. Cuando las prioridades comienzan a reagruparse, muchas veces se deja de lado el pago a las tarjetas de crédito. Existen opciones de planes de pagos fijos que permiten diferir parte del saldo del estado de cuenta con una tasa de interés fija y transparente, que en la mayoría de los casos será más accesible que los intereses regulares que se añaden al total del adeudo al no realizar el pago de la tarjeta a tiempo.

Cómo cambiar este hábito:

●      Revisa constantemente tus estados de cuenta.

●      Adquiere la mayor visibilidad posible, para que puedas planear bien tu capacidad de gasto sin que tengas sorpresas a principios de mes.

●      Ante las eventualidades, opta por opciones de financiamiento fijas e idealmente transparentes.

4. No controlar los ‘pequeños gastos’

No es realista imaginar que todas las personas puedan (o quieran) registrar cada uno de sus pequeños gastos diarios. Sin embargo, debes tener al menos una idea de la magnitud que representa la suma de estos gastos en tu presupuesto mensual. Si los gastos que alguien categoriza como esporádicos se vuelven cotidianos (juegos en línea, plataformas de streaming, comida a domicilio, etc.), habrá que poner atención a lo que podría ser el fin del balance en sus finanzas personales.

No es que esos productos y servicios no puedan ser parte de nuestras opciones. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que estos pueden llegar a sumar un monto considerable y que pueden ser exponencialmente más caros que otros servicios similares que se manejan de forma tradicional y sin renovaciones automáticas. Esto se traduce automáticamente en: ahorrar.

Cómo cambiar este hábito:

●      En general, controlar los gastos que ya están domiciliados a tu tarjeta de crédito es un gran primer paso para garantizar que lo que parece un pequeño gasto esporádico, no se convierta en una fuga de miles de pesos en el presupuesto mensual.

“Debemos recordar que tener un plan financiero y ahorrar, no significa no gastar en lo que te gusta, al contrario. La planificación funciona solo como una forma de no perder el control de los gastos y saber exactamente cuánto queda para lo que no es esencial. Así podrás gastarlo y disfrutarlo con la certeza de que puedes hacerlo y no tendrás ningún tipo de sorpresa para llegar con algo en el bolsillo a fin de mes”, puntualiza el directivo.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar. Contacto [email protected]

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.