Construyendo un México en el que quepamos todos

A veces, tras un largo día, no puedo evitar irme a la cama recordando la sentencia contenida en el libro de George Orwell que hace alusión a que, aunque todos somos iguales, algunos somos más iguales que otros. Para las casi ocho millones de personas que enfrentamos algún tipo de discapacidad en México, la frase de Orwell se convierte en realidad en un sinnúmero de actividades cotidianas como utilizar el transporte público, cruzar la calle, ir al supermercado o intentar leer el menú de un restaurante. Posiblemente, el aspecto más lastimoso de esta realidad es que, sin importar tu ingenio o tu talento, en la medida que tu discapacidad avanza, se reduce el universo de actividades cotidianas que puedes hacer por ti mismo; pierdes tu autonomía y las posibilidades de integrarte de manera funcional en una sociedad moderna.

La tecnología es el mejor aliado de las personas con discapacidad para recuperar su independencia: el teléfono fue un gran invento resultado de las investigaciones de Alexander Graham Bell, fundador de AT&T, para desarrollar prototipos de aparatos auditivos que aliviaran la sordera de su madre y esposa. En la última década, millones de teléfonos y tabletas conectadas a internet han facilitado el uso de aplicaciones que describen el entorno, ofrecen lectores de texto, trascriben conversaciones en tiempo real y emplean tecnologías de reconocimiento y síntesis de voz para personas con debilidad visual o auditiva, mejorando la vida de quienes las usamos. 

Recientemente, el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) promete impulsar el cierre de la brecha de accesibilidad, habilitando una gran variedad de casos de uso que impactan a prácticamente todos los tipos de discapacidades físicas y mentales. La fusión de tecnologías de realidad aumentada e inteligencia artificial, conectadas a redes de baja latencia, permitirán a personas con discapacidades visuales moverse con libertad en exteriores y reconocer a sus seres queridos en la calle; asimismo, personas con dificultades de movilidad podrían controlar luces, puertas e incluso la cafetera de su casa desde el teléfono, gracias a la instalación de dispositivos inteligentes.  

Sin embargo, aún existen enormes desafíos, en los planos físico y virtual, para las personas con discapacidad. En este sentido, es indispensable promover una armonización legislativa congruente con la realidad que enfrentamos, impulsando la adopción de “ajustes razonables y medidas de nivelación”, que materialicen los derechos en materia de discapacidad.

Un ejemplo de buenas prácticas es el empleo de códigos QR para ofrecer versiones digitales en los restaurantes, que ha sido resultado de la intensificación del uso de plataformas digitales, derivada de la pandemia de COVID-19, lo cual ha llevado a la accesibilidad a una nueva frontera virtual, demostrando que podemos aprender, incluso en las crisis. Por otra parte, sabemos que aún tenemos un gran camino por recorrer al percatarnos de que, aplicaciones de redes sociales como Twitter o Instagram, pueden no ser muy accesibles para personas con debilidad visual; así como plataformas de contenidos audiovisuales como YouTube, no necesariamente fáciles de acceder para personas con dificultades auditivas. El internet nació con una naturaleza de inclusión que debemos conservar y proteger.    

En un país donde las personas con discapacidad equivalen a la población total de estados tan grandes como Veracruz o Jalisco, el reto aumenta considerando que sólo 4 de cada 10 personas con discapacidad tienen empleo y el salario que reciben es en promedio 30% menor que aquel percibido por el resto de la población que realiza actividades similares. ¿Cómo nivelar la cancha para que todas las mexicanas y mexicanos tengamos acceso a las mismas oportunidades, independientemente del tipo de discapacidad que enfrentemos?

Para mí ha sido un gran orgullo formar parte de una empresa como AT&T, en la que mis ideas son escuchadas y mis proyectos compiten en igualdad de circunstancias con las de cualquier otro ejecutivo de la compañía; donde mi equipo me valora por mi capacidad para cambiar el entorno y mi proyección de carrera no está definida por mi capacidad visual.

Como parte de este compromiso, a principios del 2021 lanzaremos nuestra iniciativa 30 segundos x México, que busca fomentar el emprendimiento con ideas innovadoras para crear ciudades inclusivas a través de la tecnología.

Los invito a seguir trabajando para construir un México en el que quepamos todos, a crear una sociedad inclusiva que privilegie la diversidad, las diferencias y que ponga atención en los detalles para descubrir que las personas más visionarias no pueden ver y que las personas que mejor se comunican no usan su voz.

Por Daniel Ríos, Vicepresidente Adjunto de Asuntos Externos en AT&T México