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4 de cada 10 mexicanos consideran que el soborno y la corrupción ponen en riesgo el futuro de sus organizaciones

Las empresas exitosas y sostenibles se guían por la integridad, como base para la incorporación de la confianza, entre los empleados, los clientes y otros stakeholders. El Reporte de Integridad Global 2020 realizado por EY, firma líder en servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría, estrategia y transacciones; expone los retos, problemáticas y oportunidades en materia de integridad organizacional en México y el mundo.

En el marco del Día Internacional contra la Corrupción, este reporte destaca tres acciones clave críticas para que las organizaciones prioricen en sus agendas de integridad y que les ayudarán a navegar los desafíos éticos acelerados por la crisis: conductas del personal, conductas de terceras partes e integridad de los datos. La encuesta evidencia que 5 de cada 10 empleados Junior no confía mucho en que la gerencia cumpla con las leyes, códigos de conducta y regulaciones relevantes de la industria, mientras que un 13% de todos los encuestados estaría dispuesto a ignorar la conducta poco ética de terceros para impulsar su carrera o su salario.

Además, hace 3 revelaciones clave:

  1. Casi un tercio (30%) de los encuestados estaría preparado para comportarse de manera no ética a fin de mejorar su propio progreso profesional o paquete de remuneración.
  2. Solo el 34% de los encuestados confía en que sus terceros demuestren integridad en el trabajo que realizan.
  3. El 59% de las organizaciones no capacita a los empleados sobre las normas de privacidad de datos aplicables.

La encuesta muestra un sorprendente desajuste entre la forma en que la gerencia y los empleados Junior perciben las acciones de liderazgo y los valores de su organización. Ejemplo de ello es que el 67% de los encuestados a nivel gerencial piensa que la junta frecuentemente habla de la importancia de comportarse con integridad, pero solo el 37% de los empleados Junior piensa lo mismo.

Cabe señalar que  únicamente el 58% de los empleados Junior está de acuerdo en que los empleados de su organización pueden denunciar irregularidades en el trabajo sin temor a consecuencias negativas para ellos; en contraste, el 70% de los miembros de la junta está de acuerdo. Aunado a ello, 6 de cada 10 empleados Junior no confían en que sus gerentes demuestren integridad profesional.

¿Qué significa para los mexicanos operar con integridad dentro de una organización?

Para el 52% de los mexicanos encuestados, la definición más popular fue cumplir con las reglas y regulaciones, mientras que para un 46% consiste en actuar responsablemente con colegas, clientes y proveedores. En tanto, únicamente el 39% considera que es hacer lo correcto incluso cuando nadie está observando.

Asimismo, el 41% de los mexicanos considera que el soborno y la corrupción son los principales factores de riesgo para el éxito a largo plazo de las organizaciones, otros factores señalados fueron fraude (30%), tensiones comerciales entre países (28%), ataques cibernéticos (27%) y entorno regulatorio complejo y cambiante (19%), entre otros.

“Las organizaciones deben implementar el modelo de gobernabilidad conocido como “las tres líneas de defensa”. En primer lugar se encuentra la responsabilidad de los líderes comerciales para demostrar integridad en sus decisiones cotidianas y servir de ejemplo. En segundo lugar, se encuentran las funciones de cumplimiento que ayudan a diseñar e implementar controles y sistemas que permiten a los demás hacer lo mismo. Y finalmente, auditoría interna, la cual ofrece una evaluación de efectividad independiente con la cual la organización ha fomentado una cultura de integridad”, señala Ignacio Cortés, Socio Líder de Fraud & Integrity Services de EY Latinoamérica Norte.

En este contexto, EY emite una serie de recomendaciones para que las empresas analicen si su agenda de integridad está siendo implementada adecuadamente:

  • Evaluar el marco de cumplimiento actual: ¿es adecuado para su propósito a medida que evoluciona el panorama de riesgos?, ¿influye en el comportamiento de las personas y cuenta con los recursos adecuados?
  • Investigar las actitudes del personal sobre los riesgos y las presiones para hacer lo incorrecto y fortalecer los canales para que los empleados denuncien de manera confidencial los casos de mala conducta sin temor a represalias.
  • Tomar responsabilidad personal de las propias acciones profesionales, ya sean cuestionadas o no. Los empleados superiores deben dar el ejemplo para crear una cultura de integridad.
  • Realizar un análisis para conocer la causa principal del mal comportamiento y comprender la dinámica del entorno social que configura el comportamiento poco ético.
  • Desarrollar políticas y procedimientos que influyan en el comportamiento individual en todos los niveles y reforzar con capacitación y comunicaciones personalizadas.
  • Integración de tecnología digital y automatización para mejorar la eficiencia y la toma de decisiones a lo largo de la incorporación, la evaluación y el monitoreo de terceros.

“Las organizaciones comprometidas con la integridad deben examinar las nuevas tecnologías atentamente, implementarlas cuidadosamente y educar a los empleados para su uso ético”, concluye Cortés.

La integridad es más que una declaración de misión y políticas escritas. Es algo que todos deberían desarrollar, desde el CEO y la junta hasta los empleados Junior, socios comerciales y terceras partes.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar. Contacto [email protected]

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