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De qué forma los pagos sin contacto hacen que las ciudades sean más ecológicas

Quienes manejan los sistemas de transporte público de las grandes metrópolis mundiales están continuamente buscando cualquier ventaja para mejorar la experiencia de los pasajeros. A menudo, sus esfuerzos tienen beneficios que van más allá de reducir los tiempos de viaje y aumentar la capacidad.

Tome el medio ambiente, por ejemplo. Sabemos que un autobús saca de las calles más de 50 automóviles, un subterráneo puede sacar casi un millar. Si lo multiplicamos, es una gran ayuda para las ciudades que tratan de cumplir con los objetivos de emisión.

Solo mirar las cifras de pasajeros resulta increíble. En los subterráneos de Beijing, París, Londres, Tokio y Nueva York se realizan más de 10,000 millones de viajes cada año.

La capacidad de mover tanta cantidad de personas tan rápidamente ha permitido que estas ciudades prosperen, como lo demuestra el creciente número de visitantes, el aumento de los precios inmobiliarios, y la calidad de vida mejorada.

Sin embargo, una vez que el sistema de transporte masivo está en funcionamiento, las autoridades del transporte público se enfrentan a un nuevo desafío: intentar que las redes funcionen tan eficientemente como sea posible.

En los últimos años, los pagos sin contacto han sido una innovación poderosa que ha simplificado la experiencia del pasajero. Ha habido boletos sin contacto por más de una década, pero la reciente incorporación de la funcionalidad de tarjeta bancaria y de crédito sin contacto ha llevado esto al siguiente nivel.

En Londres, desde que estas tarjetas se añadieron a la red hace 18 meses, se han realizado más de 350 millones de viajes, lo que representa el 28 por ciento de todos los viajes bajo la modalidad de pago “pay as you go” en subterráneo y tren. Cerca de 25,000 nuevas tarjetas se utilizan en la red todos los días, y en marzo, TFL, la autoridad de transporte público de Londres, anunció que había llegado a los diez millones de tarjetas únicas sin contacto en el sistema. El impacto es tan impresionante que los autobuses en Londres ya no aceptan dinero en efectivo ni emiten boletos.

El éxito se replica en todo el mundo, de Chicago a Johannesburgo, de Kiev a San Petersburgo, y todo se reduce a la simplicidad de la solución. Los pasajeros solo tienen que usar las tarjetas de pago que utilizan todos los días, sin necesidad de registrarse ni de llevar un boleto extra. Además, como cada vez más sistemas de transporte adoptan los pagos móviles sin contacto, la comodidad es aún mayor.

Además, el enfoque no afecta la experiencia de los pasajeros existentes, ya que es una forma adicional de pagar las tarifas, sumada a la de las tarjetas sin contacto habituales (por ejemplo, Oyster).

Con el Internet de las Cosas que está empezando a echar raíces, bien podríamos ver a los gobiernos, las autoridades de transporte y las empresas usar los grandes datos y nuevas tecnologías para desarrollar nuevos métodos de transporte que reduzcan tanto la huella de carbono como la congestión.

Esperamos que tenga la oportunidad de probar una tarjeta de pago sin contacto en su próxima visita a una ciudad importante; y si eso significa que no tenga que tomar un taxi, estará haciendo su parte para ayudar al planeta.

*Traducción del artículo original How contactless payments make cities greener Publicado en el sitio web de Gemalto: http://blog.gemalto.com/blog/2016/04/14/contactless-payments-make-cities-greener/

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar. Contacto [email protected]

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